Las zapatillas colgando en los alambres de la calle son leyenda urbana. Nadie sabe exactamente qué significa.
Se difundió la versión de qué bandas juveniles cuelgan zapatillas para marcar su territorio o para señalizar puntos de comercio ilegalizado. También se ha dicho que es un homenaje a las víctimas de la violencia callejera.
Una versión menos conocida asegura que se trata de un símbolo que proviene de una vieja tradición entre jóvenes inmigrantes del norte de África, quienes colgaban sus viejas zapatillas a la vista del pueblo cuando encontraban un buen trabajo, como gritar a la gente, ¡Mira, las cosas andan bien por aquí y puedo comprarme unos mejores zapatos!
Durante tres semanas intensas nos encontramos, de manera virtual, con jóvenes de Carapungo, Calderón, San Luis de Chillogallo y La Tola Grande de Tumbaco para hablar sobre nuestros barrios.
Usamos el teléfono como herramienta de georeferenciación, ejercitamos nuestra capacidad de escucha y observación, conversamos con vecinas y vecinos, y así, fuimos tejiendo una ruta llena de preguntas y algunos aprendizajes provisionales que queremos compartir.
Con la idea de dibujar un mapa que recoja nuestras experiencias y deseos, que reconozca los desafíos que enfrentamos, pero también las iniciativas comunitarias que se sobreponen a las adversidades, nos pusimos a caminar.
Mediante la escucha mutua tratamos de conocer nuestros intereses comunes. Hablamos sobre la importancia cartografía social y colaborativa.
La pregunta clave fue ¿Por qué hacer otros mapas de nuestro barrio?
Tratamos de codificar nuestro entorno mediante categorías de exploración que fueron como nuestra brújula para caminar. Nos preguntamos
¿Qué es una frontera en nuestro barrio? ¿Cómo son los espacios de encuentro y recreación? ¿Cuáles son las iniciativas de acción
comunitaria? ¿Dónde se cuida y reproduce la vida en nuestro barrio? ¿Cómo nos conectamos?
Jane Jacobs fue una urbanista que escribió en 1961 ‘Muerte y vida de las grandes ciudades americanas’ un libro revolucionario porque hacia un análisis crítico de la ciudad desde la perspectiva de una caminante, de una vecina, de una mujer con hijos, es decir, le arrebataba la palabra a los grandes especialistas para hablar de los problemas que sufrían los barrios desde una perspectiva del habitante de a pie, sin tecnicismos y con mucho sentido común. Muchos años después, artistas, arquitectos, activistas feministas, honrando el legado de Jacobs, organizan caminatas colectivas de observación y reflexión crítica sobre sus ciudades.
Siguiendo esta idea, con cámaras de fotos, grabadoras de audio y el geo-localizador de nuestro teléfono activado, salimos a caminar, a escuchar y compartir la experiencia del barrio.
Recorrimos los distintos lugares que marcamos en nuestros mapas, tratando de mirar con nuevos ojos los lugares conocidos, hilvanando otros
relatos sobre el lugar donde vivimos.
“Placeres y displaceres, la experiencia de mi barrio en el cuerpo” es una imagen – infografía que resultó de un ejercicio colectivo, en el que recordábamos momentos vividos en el barrio y los asociábamos a una parte de nuestro cuerpo.
Sensaciones, deseos, sentimientos, ideas, fueron conectando nuestro cuerpo-territorio con el territorio del barrio.
Durante el taller nos detuvimos a pensar en cómo los acontecimientos mundiales impactan en nuestra ciudad y afectan directamente la vida del barrio.
Esta imagen resultó de un ejercicio colectivo en el que intentamos situar las problemáticas sociales, económicas, culturales que se manifiestan en el barrio dentro de un contexto más amplio.
Aunque la percepción de crisis es general, en este ejercicio nos dimos cuenta de que la organización social, el movimiento feminista y nuestras casas barriales son factores que nos ayudan a sobreponernos ante las adversidades.
Te invitamos a explorar la rueda, descarga la imagen y revísala a fondo.
Estos son nuestros mapas, resultado de nuestras conversaciones y caminatas. Son mapas para quienes quieren conocer el barrio desde la perspectiva de quien camina el barrio.
Son mapas provisionales, pero que intentan provocar discusiones urgentes. Son mapas abiertos que esperan recibir nuevos aportes y convertirse herramienta para nuevas exploraciones.
Encontrarás marcados lugares que consideramos hacen evidentes problemáticas y deseos que tenemos. Lugares relacionados con la acción comunitaria, el encuentro social y la re-creación, las fronteras invisibles, los espacios que nos conectan y que cuidan la vida.
Para organizarnos frente a las adversidades, primero debemos saber ¿qué sabemos hacer? ¿Qué podemos enseñar? ¿Qué herramientas tenemos a la mano?
Esta fue la consigna que orientó el levantamiento de un listado de saberes, destrezas y recursos que los jóvenes del barrio disponen para la acción.
Te invitamos a explorar la imagen que sugiere una infinidad de configuraciones de lo que ya sabemos hacer, algo que pudiera ser muy útil tener en cuenta para dar un paso hacia la organización de iniciativas comunitarias lideradas por jóvenes.
Esta obra cuyo autor es PNUD está bajo una licencia de Reconocimiento 4.0 Internacional de Creative Commons.
Las zapatillas colgando en los alambres de la calle son leyenda urbana. Nadie sabe exactamente qué significa.
Se difundió la versión de que bandas juveniles cuelgan zapatillas para marcar su territorio o para señalizar puntos de comercio ilegalizado. También se ha dicho que es un homenaje a las víctimas de la violencia callejera.
Una versión menos conocida asegura que se trata de un símbolo que proviene de una vieja tradición entre jóvenes inmigrantes del norte de África quienes colgaban sus viejas zapatillas a la vista del pueblo cuando encontraban un buen trabajo, como gritar a la gente, ¡Mira, las cosas andan bien por aquí y puedo comprarme unos mejores zapatos!
Existe el término “Shoefiti,” un juego entre la palabra inglesa ‘shoe’ (zapato) y “grafiti” (pintada urbana) para referirse a la práctica de adornar con zapatos la ciudad como una forma de arte urbano.
No podemos estar seguros de los orígenes ni de las finalidades de esta práctica, pero creemos definitivamente que se trata de jóvenes que han caminado bastante y han dejado una marca en su barrio. De esto se ha tratado nuestro taller, de caminar mucho descubriendo marcas y dejando marcas en nuestro barrio.
El Laboratorio de Aceleración busca generar procesos de aprendizaje colectivo a partir de preguntas. Cuando se planteó realizar “Otros Mapas de Nuestros Barrios”, en el marco del Proyecto inter-agencial PNUD-UNICEF, “Laboratorio de Sueños”, queríamos aportar con un análisis de situación que no fuera un diagnóstico estático, que hablara de lo tangible y lo intangible, para generar conocimientos en común. Hacer otros mapas implicaba identificar afectos, saberes, relaciones que están integrados en el territorio.
Invitábamos a pensar el barrio más allá de las infraestructuras y desde un espacio relacional, un espacio que es afectado por nosotrxs y que nos afecta.
Así, iniciaron diálogos con jóvenes de tres barrios: San Luis de Chillogallo, Calderón y Tola Grande de Tumbaco. Con sus celulares empezaron a geolocalizar trazas, fotos, reflexiones, dibujos y narraciones sonoras. Salieron a recoger paisajes sonoros, a conversar con sus vecinos y a caminar
peguntando. A continuación, contamos el proceso de Otros Mapas, en el que los jóvenes son los etnógrafos, expertos del territorio y sus narraciones nos ofrecen descripciones riquísimas que abren nuevas conversaciones.
“Placeres y displaceres, la experiencia de mi barrio en el cuerpo” es una imagen – infografía que resultó de un ejercicio colectivo, en el que recordábamos momentos vividos en el barrio y los asociábamos a una parte de nuestro cuerpo.
Sensaciones, deseos, sentimientos, ideas, fueron conectando nuestro cuerpo-territorio con el territorio del barrio.
Nosotras hablamos más sobre nuestros miedos y displaceres en el barrio, que nuestros compañeros, y reclamamos decididamente la inseguridad y el acoso que vivimos a diario en las calles y se manifiestan en nuestros pies y manos.
También pudimos reconocer lo importante que son las huecas y la comida popular en nuestros itinerarios de barrio, como espacios de afectos, encuentros, y cuidados.
Como un común, los parques están relacionados a la amistad, a la conversa y el romance, se ubican en la cabeza y en el pecho, mientras que en los pies también se siente la fiesta del barrio, el baile y el deporte.
Te invitamos a explorar nuestros sentires en este cuerpo colectivo.